Un especial del día del Maestro:
By: generación pentecostal |
Sentado en un viejo sillón color gris, con un libro de filosofía en las manos, una camiseta blanca y unas sandalias marrones, encontré a un hombre que para muchos es el máximo representante de una religión monoteísta, y para otros, el mayor farsante de todos los tiempos. Su nombre, guste o no, da mucho de qué hablar.
Algunos lo llaman Maestro, aunque a él nunca le ha gustado ese calificativo; otros lo llaman Dios, cosa que él nunca ha negado, pero su verdadero nombre es Jesús, el hijo del carpintero.
Nadie pensó que un niño nacido en un pequeño establo de Belén de Judea daría tanto de que hablar. Sí, el hijo del carpintero cambió todo, guste o no a sus detractores. Su nacimiento originó la tan criticada frase “después y antes de”. Lo cierto es que la historia fue partida en dos gracias al nacimiento de este humilde
niño.
SU INFANCIA
Desde su nacimiento su vida ha sido muy activa y peligrosa. Cuando apenas tenía unos pocos días de nacido, se corrió un rumor sobre su verdadera identidad, rumor que llegó hasta los oídos del rey Herodes, máximo líder del imperio romano. Se decía que un pequeño niño judío, nacido bajo el modesto hogar de María y José, joven pareja recién casada, cuyo medio de sustento era la carpintería, habría nacido con el mayor de todos los calificativos: Rey de los Judíos y Salvador de Israel. Al escuchar Herodes la noticia, mandó a matar a todos los niños primogénitos de la región, lo cual provocó la salida del pequeño Jesús hacía tierras lejanas. El viaje fue costeado gracias a los regalos que recibió de unos magos procedentes del oriente.
Cuando pasó todo el problema, la joven pareja regresó a Palestina. Jesús estaba más grande. Lucas, médico de profesión y escritor del Nuevo Testamento, afirma que en una oportunidad Jesús participó en una conversación con los grandes maestros de la ley, lo cual causó una gran impresión por la facilidad de palabras, su autoridad y su amplio conocimiento de los viejos escritos judíos. Para entonces, Jesús contaba con doce años de edad. “Él crecía en todos los sentidos: tanto en sabiduría como en estatura, sin embargo, nunca dejó a un lado su verdadera responsabilidad: participar en los negocios de su padre”, escribió Lucas en su evangelio. No todo es escritural en la vida de Jesús. Diversos autores, historiadores y teólogos, afirman que la infancia de Jesús tuvo otros capítulos que la Biblia no muestra. Muchos hablan de su larga estadía en la India y su fuerte lazo con el mundo politeísta. Sin embargo, es sólo un rumor.
MINISTERIO
En la Palestina antigua, tierra divina y bendita, las cosas no estaban tan bien. Todo el pueblo esperaba con ansias la llegada de un súper héroe capaz de librar a su pueblo de las garras del imperio romano. En ese contexto histórico encontramos a Jesús, de unos 29 años de edad aproximadamente y de profesión carpintero. Una de las cosas que me llamó la atención es la débil imagen que los artistas plásticos pintaban de él, así como las mediocres representaciones que hacían de Jesús en las películas. En todos los casos mostraban a un Cristo flaco, tímido, medio afeminado y débil. Jesús era carpintero. Esa era su profesión y medio de sustento. Trabajar la carpintería en la antigüedad era sumamente difícil, pues tenían que transportar la madera desde el Líbano hasta Jerusalén, eso traería como resultado que la masa muscular de Jesús aumentara, lo cual me indica que él no era tan delgado como lo pintan, era un hombre fuerte. Jesús decide dejar la carpintería para dedicarse a otra cosa: salvar a su pueblo. A los treinta años de edad, Jesús de Nazaret, comienza su trabajo restaurador y liberador. Lo primero que hace es cambiar el discurso que todos estaban acostumbrados a escuchar.
Mateo, un publicano que se convirtió en apóstol, dijo lo siguiente en relación al mensaje de Jesús: “Lo primero que Jesús hizo en su ministerio fue dar un nuevo mensaje. Su discurso consistía en unas pocas frases pero con una connotación muy especial: “Arrepentíos, porque el Reino de los Cielos se ha acercado a ustedes”, detrás de esas palabras había algo oculto, pues lo que estaba diciendo era que ya no había que temer, pues él había llegado”
Su discurso era muy criticado por su excentricidad. Lo consideraban como muy liberal y fuera de lo normal. Jesús no la tuvo fácil, pues tenía muchos enemigos y detractores. Uno de sus más acérrimos rivales eran los fariseos, grupo religioso encargado de predicar la Ley de Moisés.
“Jesús fue un hombre que no sabía lo que hacía. Nosotros sabíamos que los milagros que realizaba eran producto de su íntima relación con Satanás, pues nadie puede hacer estas cosas sin ayuda especial”, afirma un fariseo en Lucas
11:18.
“Jesús fue un farsante en su ministerio terrenal, muchas de las cosas y supuestos milagros que hacía era sólo una ilusión óptica. Hoy en día muchos magos e ilusionistas hacen los mismo que Jesús a través de la ilusión”, dice John Reed, ateo y profesor de filosofía.
Jesús es un predicador fantástico. Desde el primer momento causó sensación.
Juan Bautista, primo de Jesús, afirma que desde el día que lo vio entrar al rió Jordán, empezaron a ocurrir manifestaciones que nadie en el pueblo había visto.“Yo lo vi venir, y de inmediato sentí que no era digno de recibirlo. Sin embargo, él me dijo que lo recibiera. Mis manos temblaban y con sumo cuidado decidí bautizarlo. Para mi asombro, una voz se escuchó desde el cielo y una paloma blanca se asentó sobre su hombro. Desde ese día entendí que mi primo era más que un carpintero”, alega Juan el Bautista, primo de Jesús.
Su ministerio siguió con muchos tropiezos, dejando la última semana para el plato fuerte. Fue azotado, castigado y llevado a diferentes juicios, todos ellos sin ninguna prueba en su contra.
Poncio Pilatos, prefecto de Judea del año 26 al 36 de nuestra era, dijo: “Yo sabía que era inocente, pues mi corazón me lo decía. Mi esposa también me lo advirtió, sin embargo, por no quedar mal con el pueblo, decidí entregarlo, es decir, me lavé las manos”, afirma Pilatos
MUERTE
Su muerte fue una de las más crueles de todos los tiempos. Azotado por más de ocho horas, fue llevado a una cruz y crucificado en medio de dos ladrones. Uno de los ladrones dijo lo siguiente: “Cuando mi compañero hablaba mal de este hombre, mi corazón se compungía. Yo sabía que era inocente, es por eso que le pedí perdón y le hice una petición de salvación. Para mi asombro, él me respondió, y me dio esperanza de una nueva vida”, afirma el ladrón en Lucas 23:43. Jesús murió a las tres de la tarde, y con su muerte la tierra se llenó de tinieblas por un poco de tiempo. Hoy en día lo fascinante de Jesús fue la forma como se entregó por la humanidad, pues su muerte lo confirma. Sin embargo, su historia no ha terminado.
RESURRECCIÓN
Nuevamente me encuentro con él en su viejo sillón. Después de haberle preguntado tantas cosas, decide darme una limonada. En medio de la tertulia, me hace una pregunta:
― ¿Cuál crees tú que fue mi mayor logro? Dijo Jesús
Lo pensé por unos minutos, pero de pronto encontré la respuesta.
―Pues, la resurrección. Dije medio dudoso.
El asintió, y me dijo que estaba en lo cierto. Me dijo que nadie en esta vida, ningún pensador, filósofo, militar y científico había vencido a la muerte. Me dijo que a los tres días él había resucitado para seguir dando esperanza a la humanidad, y me invitó a hacerlo con él.
Hoy en día Jesús sigue dando de qué hablar. Muchos dudan de su existencia, pero los que hemos tenido un encuentro con él sabemos que si existe y que su rol sigue siendo restaurador. Sin duda alguna Jesús es más que un Super Héroe.
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